martes, 2 de junio de 2015

ANGUSTIA EXISTENCIAL

Me interné en los bosques porque quería vivir intensamente; quería sacarle el jugo a la vida. Desterrar todo lo que no fuese vida, para así, no descubrir en el instante de mi muerte que no había vivido.
-Henry David Thoreau.

A día de hoy todavía no se sabe cual es el objetivo máximo que una persona debe alcanzar en su vida. ¿Dejar su huella en la historia? ¿Encontrar la felicidad? ¿Tener una vida de lujos y estar podrido de dinero? Eso todavía es una incógnita en nuestra sociedad y el objetivo de muchos hombres en la historia ha sido descubrir el "fin último". Una vez un sabio llamado Aristóteles dijo que todo lo que hacíamos era para encontrar la felicidad, pero simplemente cada uno encuentra la felicidad de una forma distinta. Algunos la encuentran sintiéndose útiles y autorrealizados, otros por medio del placer, y otros ni siquiera saben que es lo que les hace felices.

En mi opinión para saber el porqué de algo hay que indagar en sus orígenes. Ese es nuestro problema, nadie sabe cuando comenzó todo, ¿que serie de acontecimientos dieron lugar a lo que somos ahora? Lo fácil es llamarlo milagro y refugiarse en la religión. ¿El tiempo siempre ha existido y siempre existirá? Me disculpo por abusar de las oraciones interrogativas pero como comprenderá, es el tema con más preguntas sin resolver, y para hacer un texto sobre el mismo es muy necesario plantearse preguntas.

Desde pequeño siempre me he preguntado muchas cosas, cosas que nunca nadie ha sabido contestarme. Cosas como lo que nos pasa después de morir. Este es un tema delicado. ¿Quién no se lo ha preguntado nunca? Da mucho miedo llegar a la conclusión de que dejamos de existir, de pensar, de sentir... ¿Hay algo más o ese será nuestro fin? Todas las personas piensan que son el centro del universo, y en algún sentido es así. Nosotros somos el centro de nuestras vidas. Pero... ¿quién nos recordará una vez no estemos? La respuesta es simple, nadie. Hay una escasa probabilidad de que tu historia perduré, tampoco es imposible pero sí muy difícil. ¿Cuántos genios a la altura de Leonardo Da Vincci no son recordados por nadie? Aún consiguiendo ser recordado, ¿cuánto durará nuestro recuerdo? El tiempo es infinito, en ese infinito es simple y llanamente imposible perdurar.

Podría seguir inundando el texto de mis más paranoicos pensamientos pero creo que por hoy ya es suficiente. La conclusión a la que he llegado finalmente es la siguiente.

No me quiero imaginar el miedo que puede llegar a pasar una persona unos minutos antes de su muerte. Tu cerebro pensando sin parar, recordando, asimilando, reflexionando y finalmente la paz. Una paz eterna. Una paz tan duradera como el mismo tiempo.